Por Catherine Hornby
CIUDAD DEL VATICANO (Reuters) - Para Janusc Skibinski, sólo había un lugar en el que estar el día en que el difunto Papa Juan Pablo II quedara a un paso de la santidad.

Este agente de aduanas polaco llevó en auto a su familia durante 29 horas desde su ciudad natal junto a la frontera con Bielorrusia y luego hizo fila junto a cientos de miles de personas durante la noche para estar en la Plaza de San Pedro para la beatificación del hijo más famoso de Polonia.

Portando la bandera roja y blanca de su país, Skibinski fue uno de los cientos de miles de fieles polacos que junto con peregrinos procedentes de todo el mundo protagonizaron el acto más multitudinario del Vaticano desde el funeral de Juan Pablo II hace seis años.

"Fue nuestro querido Papa. Siempre supo dirigir y ser nuestro guía, nos enseñó a vivir y amar", dijo Skibinski, de 40 años, mientras esperaba con su esposa y dos hijos a que la organización los dejara pasar a la plaza.

"Estuvimos en el funeral y teníamos que estar aquí para su beatificación", sostuvo.

Para cuando el cansado pero contento Skibinskis logró entrar en la plaza, más de un millón de personas estaban agolpadas en los alrededores del Vaticano.

En la misa, el sucesor de Juan Pablo II, el Papa Benedicto XVI pronunció las palabras latinas que proclamaron "beato" a uno de los papas más populares de la historia, antes de que un tapiz que mostraba al difunto pontífice sonriendo fuera desplegado entre los aplausos de los presentes.

"Es un derecho estar aquí, es un deber", dijo el pensionista italiano Renzo Rizzi, que viajó desde Milán e hizo fila desde la madrugada para conseguir un sitio.

CONCURRIDO, PERO ENCANTADOS

La plaza situada frente a la mayor iglesia de la cristiandad estaba completamente llena para la ceremonia, mientras eL gentío se agolpaba en los alrededores, donde muchos habían acampado toda la noche.

"Tuvo el coraje de llevar al mundo hacia el tercer milenio, y ayudar a acabar con el comunismo", dijo el estudiante italiano de 18 años Nicola Pigna.

A principios de la década de 1980, Juan Pablo II fue un fiel defensor del sindicato independiente Solidaridad, que superó los intentos del Gobierno para destruirlo y que luego fue clave en la formación del primer gobierno democrático en el antiguo bloque soviético.

El Papa fue beatificado el día en el que la Iglesia celebra la festividad de la Divina Misericordia, que este año cae en 1 de mayo, la fecha más importante en el mundo comunista.

La coincidencia es irónica, dado que muchos creen que el Papa desempeñó un papel importante en la caída del comunismo en Europa del Este en 1989.

"¡Santo súbito!", se leía en una de las pancartas que ondeaban en la plaza, junto a banderas nacionales de lugares lejanos como Cuba, México, Canadá y Australia.

La imagen recordaba a las que se vieron en el funeral de Juan Pablo II en 2005.

La multitud dio una ovación cuando un grupo de polacos desplegó una gran pancarta en la que se leía "Gracias, Dios" sostenida en el aire por globos.

Un lugar especial estaba reservado para la hermana Marie Simon-Pierre Normand, la monja francesa que sufría la enfermedad de Parkinson pero cuya inexplicable curación ha sido atribuida a la intercesión de Juan Pablo con Dios para hacer un milagro, lo que permitió que la beatificación se llevara a cabo.

Durante el oficio ella y otra monja portaban un relicario de plata con un frasco de sangre de Juan Pablo II que le fue extraída durante los exámenes médicos en los últimos días de su vida.

El Vaticano tendrá que atribuirle otro milagro a Juan Pablo II después de su beatificación para que sea declarado santo.

"Quien sabe si llegará a ser santo, pero yo sé que fue un santo", dijo Mila Calimquim, de 66 años, enfermera jubilada de California que esperaba para ver el féretro del difunto Papa, que ha sido exhumado de la cripta de la Basílica de San Pedro.

El féretro será colocado frente al altar principal. Después de la multitudinaria beatificación, se quedará ahí y la

basílica permanecerá abierta hasta que todos los visitantes que quieran verlo hayan podido hacerlo.